Introducción
Hoy en día, el consumismo en el mundo ha llegado a un
punto crítico en el que las personas compran y compran sin saber qué tipo de
productos son.
La población tiene pseudoconceptos acerca de la calidad u
otros tienen definiciones incompletas; unos se refieren a la calidad
únicamente por la apariencia de las cosas, el color, la forma, etc. Sin evaluar
otros atributos que son importantes, tales como: el material, la resistencia,
durabilidad, etc. Cada
persona tiene sus propios criterios de calidad, que se basan principalmente en
la satisfacción de necesidades, y es válido, más sin en cambio, cuando compras
algo simplemente por el color y a los 2 días ya se rompió, reclamas a la
tienda y ellos dicen que no se hacen responsables (cuando no hay garantía). Nos
podemos evitar toda esa pérdida de tiempo si desde el principio, establecemos
criterios importantes y eficientes.
También, desde hace mucho tiempo, las empresas grandes o
instituciones, se rigen por unas “Políticas de Calidad” que son evaluadas
constantemente con criterios específicos y sumamente necesarios, ya que, si es
una empresa de comida, no va a vender comida contaminada o putrefacta.
Cada empresa o institución tiene diferentes políticas de
calidad, acorde a su funcionamiento, por ello, en éste trabajo, se trata de
explicar el término “calidad”, para que las personas sepamos qué es, a qué se
debe y cómo debemos tomarla en nuestra vida diaria.
¿Qué es la calidad?
La calidad es un término subjetivo, y por ende, no se puede
definir concretamente; se tiene una perspectiva del término, la cual, vamos a
considerar como el proceso de calificación en diversos aspectos de todo
aquello que ocupa un lugar en el espacio.
La calidad, en percepción, es muy transparente, es decir:
se reconoce fácilmente cuando está presente o está ausente, y por ello, existen
modelos para especificar los requerimientos de calidad de un ente; usaremos el
modelo “Calidad en General” según David Garvin.
Él, divide éste modelo en 5 perspectivas diferentes: visión
trascendente, visión del usuario, visión del
producto, visión del productor y visión basada en el valor. La visión trascendente, se lleva a cabo a través
de la intuición, es decir: la reacción instantánea al ver el ente a evaluar. Un
ejemplo: al ver un auto Ferrari o un iPhone 6, es fácilmente que uno llegue a
pensar en el instante que es de buena calidad; lo cual, hace éste método subjetivo,
ya que cada persona tiene sus criterios específicos y los resultados varían. La
visión del usuario, un método más
factible, ya que está determinada por cada usuario acorde a: sus necesidades,
qué quiere, qué espera, etc. La visión
del producto, involucra los atributos y características específicas del
producto, ya sean externas o internas. Por otro lado, la visión del productor, está referida a la conformidad con las
especificaciones y características del proceso de producción, es decir, las
condiciones del proceso, los puntos de control, etc. Y por último, la visión del valor, que son los aspectos
anteriores con el costo; algo que tenga bajos aspectos de calidad, no deberá
ser alto el precio, ya que nadie lo compraría.
Se pueden aplicar más modelos, cada persona puede tener sus propios criterios ya que, esa persona será quién compre el producto y satisfaga las necesidades que requiera.
Conclusión
A la calidad, antes de darle un significado, se debe
establecer el límite con respecto a la necesidad o la función que el ente establezca,
ya que, no se puede tener una misma métrica para cosas o procesos diferentes; cada
uno tiene sus atributos y especificaciones, por ende, cada uno necesita ser
evaluado disímilmente.
La calidad es
importante porque por medio de ella somos capaces de clasificar las cosas y
como fue mencionado anteriormente, es un proceso presente en la vida cotidiana.
Ha surgido por la necesidad, y es imperativo mencionar que también por la
demanda del sector consumidor.
En la actualidad, los criterios no son estáticos en
realidad son dinámicos, interactúan entre sí, además de que la calidad no solo
va enfocada a un producto sino también al público que será el que lo compre.
Esto es, una constante evolución, y mantenerse a la vanguardia no es una
opción, es una obligación. Ser competente y cumplir con las necesidades
actuales, le da a las empresas y las personas la oportunidad de estar cada vez
más cerca del futuro que está a la vuelta de la esquina.
Bibliografía
Avendaño, A. A. (2006). Instituto Tecnológico de
Celaya. Obtenido de Panorama Administrativo:
http://admon.itc.mx/ojs/index.php/panorama/article/viewArticle/7
Olsina, D. L. (2005). Universidad
Católica Del Maule. Obtenido de
http://www.eici.ucm.cl/Academicos/ygomez/descargas/calidad/calidad.pdf